Discurso íntegro del encargado de negocios de la Embajada de EE.UU en RD

Discurso íntegro del encargado de negocios de la Embajada de EE.UU en RD

Discurso íntegro del encargado de negocios de la Embajada de EE.UU en RD

Encargado de Negocios Robert W. Thomas

Discurso durante el almuerzo de Acción de Gracias de la Cámara Americana de
Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR)

23 de noviembre de 2022

¡Buenos días a todos! Es un gran honor estar otra vez aquí para celebrar el Día de Acción
de Gracias con mis amigos y socios de AMCHAM.

Al conversar con mi equipo sobre los temas que quería tratar en este discurso hoy, una de
las sugerencias fue hablar de la historia del Día de Acción de Gracias: cómo los
estadounidenses lo celebraron por primera vez en uno de los momentos más dolorosos de
nuestra nación, durante la Guerra Civil.

Es en los momentos más difíciles cuando es más importante que celebremos por lo que estamos agradecidos.

Pero no creo que sea necesario dar a este grupo una lección de historia sobre el Día de
Acción de Gracias.

El Día de Acción de Gracias no es algo que yo crea que pueda – frente a esta audiencia – decir que es una tradición «estadounidense». Millones de
personas en Estados Unidos, al reflexionar sobre lo que agradecen cada año, piensan en algo o en alguien dominicano, y sé que a su vez hay millones de dominicanos que sienten
lo mismo.

He sido diplomático de carrera durante varias décadas y he servido en países
tanto cercanos como lejanos a mi hogar. Pero nunca he estado en ningún lugar que pueda
afirmar la profundidad del vínculo con Estados Unidos que siento aquí todos los días. No
le digan esto a mis colegas canadienses…

Para la mayoría de la gente, el Día de Acción de Gracias se trata también de pasar tiempo
con la familia y los amigos más queridos. Para los que servimos a nuestro país en el
extranjero, eso implica que encontremos nuevos amigos y «familia elegida» en el lugar
donde servimos.

Y cuando lo hacemos, nuestras tradiciones de Acción de Gracias crecen
para incorporar nuevas tradiciones, nuevas comidas y personas por las que estamos
agradecidos.

Puedo decirles – en mi tercer Día de Acción de Gracias aquí, que sé que
nuestras tradiciones siempre tendrán algo de dominicanas, sin importar dónde nos
encontremos en acciones de gracias futuras.

En muchos sentidos, esa forma de ver el Día de Acción de Gracias realmente apuntala la
forma esperanzadora en que creo que debemos ver la relación interdependiente de
nuestros dos países.

Con más de 950 empleados de 16 diferentes agencias del gobierno
estadounidense, nuestra Embajada trabaja junto a nuestros socios dominicanos
diariamente para fortalecer esta relación.

En los últimos 60 años, los Estados Unidos de
América ha invertido más de 2,200 millones de dólares en ayuda al desarrollo y
cooperación militar y de seguridad, y aproximadamente 28 millones de dólares al año
para poner personal experto sobre el terreno para trabajar mano a mano con ustedes.

Desde la lucha contra el COVID-19 hasta la facilitación de viajes y la defensa de la
democracia en la región y en el mundo, nuestro equipo aquí en Santo Domingo trabaja
cada día con nuestros socios dominicanos en todos los sectores de esta nación para que
nuestros dos países sean más seguros, democráticos, prósperos y equitativos.
Juntos, nuestros países se enfrentan a tiempos difíciles.

La fluctuación de los precios del combustible y la inflación general han aumentado los costos para las empresas y los
consumidores de todo el mundo.

El autoritarismo está contrarrestando la democracia,
sobre todo en Ucrania, pero sus efectos destructivos también son frecuentes en esta
región, especialmente en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Enfermedades nuevas y antiguas
ponen a prueba nuestros sistemas sanitarios.

El cambio climático ha modificado los patrones meteorológicos, dejándonos con sequías e inundaciones impredecibles, y
comprometiendo la seguridad de nuestras fuentes de alimentos.

A pesar de estas realidades, creo firmemente que juntos podemos afrontar cualquier
dificultad, superar cualquier adversidad y lograr cualquier misión cuando trabajamos
juntos para cumplir nuestros objetivos compartidos.

Podemos crear un entorno en el que nuestras dos grandes naciones, y nuestra región, prosperen. Los logros de nuestros dos
países en el último año demuestran la fuerza de nuestra relación, que se basa en el respeto
mutuo, la colaboración y la amistad profunda.

Me gustaría agradecer a todos y cada uno de los presentes lo que han hecho para cultivar esa amistad y contribuir a una floreciente colaboración económica que se seguirá
profundizando en los próximos años. Como miembros de AMCHAM, ustedes aquí han desempeñado un papel activo en el fortalecimiento de esta relación. Quisiera agradecer especialmente a:

-Roberto Herrera, su presidente
-Ricardo Pérez, vicepresidente
-Edwin de los Santos, vicepresidente
-Y Bill Malamud, su vicepresidente Ejecutivo

A través de sus incansables esfuerzos, ustedes no sólo promueven los intereses de las
empresas estadounidenses en la República Dominicana, sino que acercan a nuestros dos
países mediante la creación de puestos de trabajo tanto para los estadounidenses como
para los dominicanos, contribuyendo a la salud de las comunidades donde llevan a cabo
sus negocios, y permitiendo que los estadounidenses y los dominicanos aprendan unos de
otros – ayudando a que nuestras mesas metafóricas de Acción de Gracias crezcan.

Al reflexionar sobre el pasado año, está claro que tenemos mucho que celebrar en
nuestros esfuerzos por construir una relación económica próspera entre nuestros países.

La salud de nuestra sociedad económica depende de nuestros esfuerzos para afrontar
juntos las amenazas al crecimiento, la principal de las cuales es la corrupción.

La corrupción es lo opuesto al desarrollo económico. No sólo socava la democracia, sino
que también frena el crecimiento económico, erosiona el clima de negocios y ahuyenta la
inversión extranjera. Y por eso el presidente Biden ha situado la lucha contra la
corrupción en el centro de nuestra política exterior, convirtiéndola en un pilar clave de
nuestra estrategia de seguridad nacional.

Nos sentimos honrados de estar junto al presidente Abinader, quien también ha
demostrado un firme compromiso con la transparencia en su gestión y con las reformas
institucionales.

Los Estados Unidos apoya con entusiasmo a la República Dominicana ya
que ha asumido posiciones de liderazgo global este año, aceptando un papel de liderazgo
durante la próxima Cumbre para la Democracia, y siendo seleccionada como sede de la
próxima Cumbre de las Américas en 2025.

Seguiremos apoyando al presidente Abinader, y al pueblo dominicano, en esta lucha por
promover la democracia, fortalecer el estado de derecho, y combatir la impunidad y la
corrupción.

Pero debemos recordar que la corrupción no se limita al ámbito político, y la solución de
esta tampoco puede limitarse solo al mismo. Como líderes empresariales, todos ustedes
están en la primera línea de la batalla contra la corrupción y conocen muy bien la
amenaza que la corrupción supone para el entorno empresarial de la República
Dominicana y la capacidad de atraer inversión extranjera.

La corrupción eleva los costos y los riesgos asociados a los negocios, distorsiona los
precios y socava el estado de derecho.

La buena noticia es que todos ustedes juegan un
papel vital en el desarrollo de un mejor y más justo clima de negocios libre de corrupción
que crea oportunidades para el futuro y alimenta la prosperidad generalizada que el
pueblo dominicano quiere y merece.

Este año se produjeron importantes victorias en el frente de la lucha contra la corrupción,
ya que la República Dominicana aprobó una histórica ley de extinción de dominio, lo que
supone un importante paso adelante para garantizar que la corrupción no sólo sea menos
probable ahora, sino también en el futuro.

Se trata de una victoria histórica para el pueblo dominicano, que lleva mucho tiempo exigiendo herramientas eficaces para luchar
contra el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción.

Quiero hacer una pausa para agradecer a los miembros del comité jurídico de AMCHAM
que participaron en este esfuerzo, en algunos casos, entiendo, perdiendo horas de sueño
para revisar cuidadosamente los detalles de los numerosos borradores y evaluar sus
implicaciones para este sistema legal.

Como actor de la sociedad civil que representa la voz de la comunidad empresarial local, esta victoria es tanto de AMCHAM, como de los
políticos que libraron las batallas legislativas.

Nos sentimos orgullosos de haber facilitado a nuestros homólogos dominicanos asistencia
técnica en sus esfuerzos por diseñar un proyecto de ley de extinción de dominio que
permita al Estado recuperar los bienes robados y otros bienes mal habidos de
delincuentes como los narcotraficantes y los funcionarios corruptos.

Fue un honor que el pueblo dominicano nos confiara la posibilidad de apoyarlo en sus esfuerzos por combatir
la corrupción. Ahora estamos listos para apoyar la implementación de la ley de extinción
de dominio.

Este año también hemos visto un gran progreso en el frente turístico, ya que Estados
Unidos y la República Dominicana están más cerca de finalizar un acuerdo histórico de
Cielos Abiertos, que impulsará el turismo entre nuestros dos países haciendo que viajar
sea más asequible.

Con un acuerdo de cielos abiertos, tanto los viajeros estadounidenses
como los dominicanos disfrutarán de más opciones de vuelo, tarifas más bajas y un mejor
servicio entre más aerolíneas en el mercado.

Los viajeros dominicanos podrán volar sin escalas a más destinos de Estados Unidos más
allá de las típicas rutas de Nueva York y Florida, incluso a ciudades estadounidenses
menos conocidas y desatendidas que también albergan grandes comunidades
dominicanas.

Del mismo modo, los viajeros estadounidenses podrían beneficiarse de más opciones sin escalas a la República Dominicana en lugar de preocuparse por las
conexiones que consumen tiempo en otros aeropuertos, liberando para ellos más tiempo
para pasar con la familia y los amigos, disfrutar de la belleza de este país, e impulsar los
ingresos del turismo aquí en la República Dominicana.

Los Estados Unidos está dispuesto a asociarse con la gestión del presidente Abinader
para firmar el acuerdo de Cielos Abiertos con la República Dominicana a la mayor
brevedad posible.

Dicho acuerdo no sólo crearía más vuelos con más opciones, a más ciudades, a precios más baratos, sino que también crearía más puestos de trabajo,
impulsaría el crecimiento económico, y promovería un aumento de los viajes y el
comercio – lo cual constituye una ganancia tanto para los viajeros como para los
inversores.

Al presentarme hoy ante todos ustedes, me invade un sentimiento de orgullo y optimismo
por lo que el futuro tiene reservado para nuestra próspera relación.

Hoy en día, un número récord de estadounidenses y dominicanos cruzan los océanos para explorar la
cultura del otro, disfrutar de las encantadoras atracciones turísticas que nuestros dos
países tienen para ofrecer, y estudiar en las universidades de ambos.

Las empresas estadounidenses invierten cada vez más capital en la República
Dominicana, mientras que los productores dominicanos envían más productos a los
entusiastas consumidores estadounidenses.

Sólo este año, nuestro comercio bilateral superó la cifra récord de 17.000 millones de dólares. Los lazos que disfrutamos hoy
nunca han sido más fuertes, y debemos estar orgullosos de este avance.

Aunque soy optimista sobre la trayectoria ascendente de nuestra relación, es importante
reconocer que nuestro trabajo no ha terminado.

Como sabemos, la construcción de comunidades prósperas es un proceso continuo, y todavía hay mucho más por hacer
juntos para garantizar que los beneficios económicos de nuestra relación sean percibidos
por todos los dominicanos, desde la ciudad más grande hasta el campo más pequeño.

Como he dicho en repetidas ocasiones durante mi tiempo aquí en la República
Dominicana, el objetivo general de los Estados Unidos sigue siendo nuestro apoyo al
desarrollo de una República Dominicana segura, democrática y próspera en la que los
beneficios del crecimiento económico continuo se compartan equitativamente.

En otras palabras, es de interés nacional -y también económico- de Estados Unidos que la
República Dominicana sea exitosa.

Y eso significa toda la República Dominicana.Nuestra visión del éxito económico no es unilateral ni busca que lo que gane una parte lo
pierda la otra. Por el contrario, se basa en nuestra visión colectiva de un crecimiento
mutuamente beneficioso y está respaldada por nuestros esfuerzos de larga data para
promover nuestros intereses económicos compartidos en la creación de un entorno en el
que tanto los estadounidenses como los dominicanos puedan prosperar. Permítanme
ofrecer una perspectiva sobre dónde están nuestras mayores oportunidades para
enriquecer aún más nuestra colaboración económica en beneficio de todos los
dominicanos.

En el último año, he viajado a lo largo y ancho de esta nación, desde Monte Cristi hasta
Bahoruco, desde Dajabón hasta La Romana, desde Santiago hasta Azua, y muchos otros
lugares.

A cada paso en el camino, el mensaje resonante que escucho de los jóvenes y
mayores dominicanos es su deseo de ver una República Dominicana que esté preparada
para enfrentar los desafíos del futuro. Y, de hecho, es una aspiración tener un liderazgo
dominicano para la región y más allá. Comparto esa esperanza, y también lo hace todo
mi equipo.

Si bien nos inspiramos en nuestro reciente éxito en este último año, no es momento para
descansar. Hay trabajo por hacer, para construir sistemas que se mantengan fuertes
contra la corrupción, y para crear una infraestructura en la que las empresas y las
comunidades puedan prosperar por igual. Esto es lo que me comentan todos los
dominicanos a lo largo y ancho del país.

La forma más eficaz de seguir combatiendo la corrupción y de ofrecer esta visión al
pueblo dominicano es fortalecer la ley de compras y contrataciones públicas aquí en la
República Dominicana.

Esto puede sonar como una tarea técnica, pero debemos recordar
que las compras y contrataciones públicas representa entre el 10 y el 15 por ciento del
PIB en muchos países, aunque aquí en la República Dominicana es más del 25 por ciento,
y que el fraude en esta área normalmente representa algunos de los casos de corrupción
más escandalosos en el mundo, incluyendo casos recientes aquí en la República
Dominicana.

De hecho, los mayores casos recientes de corrupción en la República
Dominicana han estado todos relacionados con el fraude y el abuso en las contrataciones
públicas.

Creemos que un proceso de licitación transparente y unas condiciones equitativas
atraerán empresas estadounidenses de elevada calidad y a proveedores de confianza con
valores democráticos al mercado.

Estados Unidos ha ayudado al gobierno del Presidente Abinader a redactar una
legislación que adapte la ley de compras y contrataciones públicas dominicana a las
mejores prácticas internacionales identificadas por la OCDE, una organización
internacional cuyos instrumentos se consideran la referencia para las mejores prácticas
internacionales.

Ha sido un honor para nosotros trabajar con el director Carlos Pimentel y su equipo en
esta reforma de la ley de compras y contrataciones públicas. Su liderazgo y experiencia
son realmente incomparables.

Para que la economía dominicana, y sus empresas, sigan creciendo y prosperando,
también debemos tomar medidas para garantizar fuentes fiables de energía limpia y
barata.

Hemos visto este año que una guerra en el otro extremo del mundo puede
repercutir en el precio que todos pagamos por conducir nuestros coches, abastecer de
energía nuestros hogares y hacer funcionar nuestros negocios. Debemos romper este
ciclo y buscar un futuro energéticamente independiente.

En junio, la vicepresidenta Harris anunció la Alianza Estados Unidos-Caribe para hacer
frente a la crisis climática 2030, conocida como PACC 2030.

Esta alianza es el compromiso de la Administración Biden-Harris para promover la adaptación al clima, la
resiliencia y los programas de energía limpia en toda la región del Caribe, incluyendo la
República Dominicana.

Los Estados Unidos reconocen los desafíos climáticos y energéticos únicos y cambiantes a los que se enfrentan las naciones caribeñas, y estamos
comprometidos a trabajar juntos para encontrar soluciones.

En el marco de esta iniciativa, Estados Unidos trabajará para ampliar el acceso al financiamiento de proyectos
y desbloquear nuevos mecanismos de financiamiento para apoyar el desarrollo de
infraestructura climática y de energía limpia en la región. También facilitaremos las
oportunidades de inversión en proyectos de infraestructura de energía limpia y de
adaptación al clima, y mejoraremos la capacidad de nuestros socios para ejecutar esos
proyectos.

Pero arreglar el sector energético, requerirá el esfuerzo sostenido de cada dominicano, y
algunas decisiones difíciles del gobierno que, a corto plazo, no serán fáciles.

Los políticos y funcionarios del gobierno necesitarán que organizaciones como AMCHAM
aboguen por la reforma y ayuden a encontrar soluciones que reduzcan los costos
operativos, al tiempo que mejoren los servicios para todos los dominicanos – capacidades
en las que el sector privado es experto.

La reforma del sector energético requerirá que el gobierno invierta con propósito -utilizando recursos que algunos pueden querer gastar en
otros lugares- y que cree soluciones innovadoras para los impedimentos legales y
regulatorios que bloquean la modernización del sistema.

Requerirá que las autoridades tomen medidas que pueden hacer que algunas personas
tengan que pagar más por la electricidad, en lugar de recibirla gratis. Requerirá que otros
paguen con tarifas que reflejen los precios reales del mercado. También requerirá el
desarrollo y la ejecución transparente de herramientas específicas para garantizar que los
más vulnerables no se queden atrás.

Estas acciones no serán fáciles y no cambiarán las cosas de un día para otro. De hecho,
tardarán en mostrar resultados significativos.

Pero a largo plazo, pasos como estos son absolutamente clave para resolver los desafíos energéticos de la República Dominicana,
lo que se ha hecho aún más urgente después de la guerra de Rusia contra Ucrania que ha
perturbado los mercados de energía, tensado las economías con el aumento de los precios,
y amenazado a los países vulnerables con una grave escasez de alimentos.

Como miembros de la comunidad empresarial, todos ustedes juegan un papel importante
en el éxito continuo de la República Dominicana. No sólo son ustedes actores clave en el
impulso de la próspera competitividad del país, sino que la mayoría de ustedes también lo
hacen respetando los derechos de los trabajadores y en consonancia con las leyes
laborales.

Permítanme hablar de los derechos de los trabajadores. Estados Unidos cree que las
economías y las sociedades prosperan cuando todos son tratados con dignidad. Nuestros
dos gobiernos han aprobado leyes para proteger los derechos básicos de los trabajadores,
tanto en casa como en los países con los que hacemos negocios.

Estas leyes se aplican a todo el mundo: las empresas no tienen carta blanca para no
cumplir con sus responsabilidades según la ley simplemente porque contratan a
trabajadores de poblaciones vulnerables que pudieran tener miedo de defender sus
derechos.

El Central Romana Corporation tiene un largo y desafortunado historial de no dar a sus
trabajadores el trato que merecen. Las acciones de Central Romana incluyen, entre otras,
la creación de duras condiciones laborales, oferta de viviendas inadecuadas para los
trabajadores, oferta de salarios extremadamente bajos, establecimiento de limitaciones a
los movimientos de los trabajadores, dejándolos en un estado de aislamiento y
provocando el miedo a represalias por denunciar.

Las agencias gubernamentales estadounidenses, así como los líderes de la sociedad civil,
han debatido públicamente la preocupante situación de esta empresa durante muchos
años. Sin embargo, algunas de nuestras preocupaciones fundamentales siguen sin
resolverse. Ahora la empresa tendrá que rendir cuentas.

A partir de hoy, el gobierno estadounidense, a través de la Agencia de Aduanas y Control
Fronterizo, ha prohibido la importación de azúcar de Central Romana a los Estados
Unidos.

Nuestra esperanza es que esta seria acción conduzca a mejores condiciones para
los trabajadores y a un ambiente de competencia más fuerte para las muchas empresas
que sí tratan a sus trabajadores de manera justa. Estamos dispuestos a trabajar con la
empresa si decide tomar un camino diferente, pero todos los trabajadores merecen un
trato justo, y las empresas que sí defienden condiciones laborales justas no deberían tener
que competir con las que no lo hacen.

Los dominicanos me han dejado claro que creen que todos los trabajadores merecen un
trato justo, y la actual legislación laboral dominicana ya lo exige. En el marco del
acuerdo comercial DR-CAFTA, tanto la República Dominicana como Estados Unidos se
comprometieron a la plena aplicación de nuestras leyes laborales. Con esta acción,
estamos haciendo cumplir las nuestras, incluso cuando se trata de una empresa
estadounidense.

No estamos eludiendo nuestras propias responsabilidades: importar
productos a Estados Unidos que se fabrican con trabajo forzoso va en contra de nuestros
valores, y de nuestras leyes, y también va en contra de las leyes y los valores de la
República Dominicana.

Trabajamos estrechamente con el gobierno dominicano en cuestiones laborales, y
seguiremos haciéndolo. Tenemos una fuerte colaboración con el Ministerio de Trabajo, y
estamos proporcionando asistencia técnica al Ministerio para ayudar a aumentar su
capacidad de implementación del código laboral. Pero seamos claros: esta acción no
tiene que ver con el papel del gobierno.

La ejecución gubernamental es la última herramienta. Se trata del papel del empresario privado de cumplir con la legislación
laboral que ya exige un trato justo para los trabajadores. Si es necesario que el gobierno
haga cumplir la ley, ya sea aquí o en Estados Unidos, significa que el empleador ya ha
dejado de tratar a las personas de forma justa.

Más allá de los derechos individuales de los trabajadores, todas las empresas
representadas en esta sala merecen poder competir en igualdad de condiciones. Cuando
algunos empleadores cercenan los derechos laborales de sus empleados, les da una
ventaja injusta sobre el resto de ustedes que sí están cumpliendo con las reglas.

Sabemos que estas prácticas laborales injustas no son un valor dominicano, como
tampoco son un valor estadounidense, y no representan a la gran mayoría de las empresas
dominicanas. Es nuestra esperanza que cada uno de ustedes trabaje junto a nosotros para
crear un entorno internacional en el que tanto las empresas como los trabajadores que
contribuyen a ellas puedan prosperar.

Amigos míos, los retos a los que nos enfrentamos son sustanciales, y no pretendo conocer
los retos futuros a los que nos podemos enfrentar. Tampoco sé cuáles podrían ser las
soluciones a esos retos. Sin embargo, creo que podemos sacar lecciones de lo que hemos
vivido juntos en los últimos años.

Estados Unidos y la República Dominicana se han unido muchas veces, y seguiremos
haciéndolo. Nuestros países están vinculados a un nivel muy profundo, la amistad entre
nuestras sociedades es tan fuerte, que nos afectamos mutuamente en formas mucho más
profundas que las relaciones entre la mayoría de los países.

A veces, sé que esto lleva a algunos a tomarse casi como algo personal parte de lo que sucede entre nosotros.
Pero como hoy celebramos una fiesta americana, aprovecharé la ocasión para compartir
otra parte del Día de Acción de Gracias que es muy importante para mí.

Sentarse a la mesa para comer juntos en Acción de Gracias tiene que ver con lo que nos une. A veces
llegan a la mesa de una comida familiar compartida amistosamente diferentes enfoques o
formas de ver los problemas.

El Día de Acción de Gracias consiste en dedicar esos momentos a escucharse y a oírse de verdad, y a fortalecer la familia. Esa es mi esperanza
para nuestra relación en este Día de Acción de Gracias.

Ustedes, en la comunidad empresarial, juegan un papel importante en el éxito continuo de
este país y en la fortaleza de la relación entre nuestros países.

La Embajada no podría pedir un mejor socio que AMCHAM en nuestros continuos esfuerzos por mejorar la vida
de la gente de nuestros dos países.

No hay mayor honor para mí que ser invitado a la mesa de Acción de Gracias de otras
personas. Gracias por invitarme a la suya, y por todo lo que hemos hecho – y haremos
juntos en el próximo año para hacer crecer y desarrollar esta relación.
¡Gracias! Happy Thanksgiving! ¡Feliz Acción de Gracias!